La Realidad

mente Soy uno más de esos que somos calificados de altaneros, arrogantes o presuntuosos, porque sostengo que existe una única realidad y que negar que existe tiene consecuencias nefastas.

Dicho juicio regularmente proviene de quienes sostienen que cada mente o que la vida de cada individuo es un mundo por sí mismo, el cual estaría creado por la percepción que la persona tiene de lo que lo rodea y de aquello con lo que tiene interacción. Así el mundo será un lugar de sufrimiento para el que vive en pobreza y será un lugar de placer para quien lo hace en un lugar con abundancia, por dar un ejemplo.

Otro sería: «el mundo es cruel para quien tiene problemas y es bondadoso con quien tiene pocas cosas de que preocuparse.

Uno más: el mundo es un lugar de felicidad para quien logró amar y ser amado y uno de sufrimiento para quien no tuvo la dicha de entenderlo o sentirlo.

Lo cierto es que por muy poéticos que los argumentos parezcan, el mundo sólo es. Es uno, con una realidad, con reglas que lo rigen y que poco tiene que ver con la percepción que tengamos de él. Al mundo no le interesa hacer feliz ni causar desdicha a nadie.

Hay una verdad que no se puede negar, de no ser con falaces argumentos: la realidad existe. No querer verla o querer interpretarla de distintas formas no hace que esa realidad se vea alterada. Ya en un post anterior usé la misma frase de ejemplo: “El mundo es del color del cristal con que se ve”. La frase es incorrecta. El mundo se percibe del color del cristal con que se ve, pero éste no cambia de color porque tu cambies de cristal.

La importancia de entender que solo existe una realidad radica en que tal verdad puede irse aplicando en distintos aspectos de la vida. Por ejemplo: si yo sé que soy y que existo en un mundo al que no le importo, no tendré que sufrir con mentiras crueles como la idea de que yo pude haber nacido para sufrir, para ser un miserable o para ser un perdedor. Tal predestinación no existe.

Los sentidos son una buena herramienta para percibir la realidad, pero tienen fallas, nuestras conclusiones no siempre son de lo más acertadas. Galileo tuvo que sufrir sus consecuencias por la “falla” en la percepción de la gente. No obstante alguna certeza nos da. Difícilmente alguien, con la capacidad mínima necesaria para entender conceptos, podrá confundir una mesa con una silla. Adaptar sus funciones para poner los platos sobre la silla y sentarse sobre la mesa sí, pero el concepto no podrá cambiarlo.

Esa capacidad de entender conceptos nos dio el plus para lograr lo que hasta ahora el ser humano ha logrado. Comenta Dawkins en un escrito dirigido a su hija, parafraseado, que a un perro en español se le dice perro y en inglés dog (el utiliza inglés y alemán en el ejemplo) pero que conceptualmente son lo mismo.

Otra realidad innegable, entonces, es que somos capaces de trabajar con conceptos.

Siendo que los sentidos no han logrado ser tan confiables, pues la ciencia se ha encargado de demostrar lo fácil que es engañarlos, la mejor herramienta con la que contamos es la razón.

Aceptando que hay una sola realidad y que contamos con una buena herramienta como la razón, podemos entender que hay otras realidades que no se pueden negar:

  • Toda acción produce una reacción.
  • No se pueden crear cosas, solo transformarlas.
  • El estado natural del hombre es la pobreza no la riqueza.
  • No contamos con un instinto de supervivencia, somos nosotros quienes decidimos seguir viviendo.

Y la lista podría seguir.

Mientras más cerca nos encontremos de la realidad y entendamos la verdad de cómo funciona el mundo, las sociedades (palabra que puede ser tema de discusión), el hombre y su interacción con lo que lo rodea, seremos capaces de tomar mejores decisiones a lo largo de nuestra vida.

Creer que no existe una sola realidad sino que una por cada quien, abre la puerta a poder creer cualquier cosa. “Quizá no sea cierto para vos pero para mí sí” es una frase que me han dicho varias veces.

Imagina por un momento lo que sería el mundo si las leyes que lo rigen cambiaran cada poco, si a cada instante la realidad fuera otra.

“El mundo es un caos y no se puede planear el futuro”. Se percibe así, pero no es culpa del mundo, a excepción de los desastres naturales, lo demás es consecuencia de acciones tomadas (no solo de decisiones). Muchas de ellas fundamentadas en engaños, fe, o en una percepción de la realidad, no en la realidad per se.

Quien como yo asegura que solo existe una realidad y que conoce de ella, no está diciendo que la conoce toda. Al ser humano le falta y siempre le faltarán cosas por descubrir. Pero existen las realidades absolutas, conocerlas, entenderlas y decidir acorde a ellas siempre es una mejor idea.

Cierro con una frase de Ayn Rand: “El asunto no es ser o no ser, sino pensar o no pensar”. Añadiendo que lo que pasa es que siempre es más fácil creer que razonar, aceptar que indagar. El ser humano es, la mayoría de veces, movido por sentimentalismos y no por la razón. Negar la razón y negar la realidad es justificar las acciones que están basadas en ideas que no tienen evidencia o sustento o que tienen el más sencillo y vacío de todos: “es así porque es así”.

Saludos

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