El Manifiesto Romántico de Ayn Rand (El Arte)

Discutir qué es arte, siempre es un tema complicado. Incluso en la última reunión de Lectores Chapines, fue un tema que nos tuvo ocupados discutiendo con conceptos distintos.

En lo personal considero que ésta palabra ha sido muy prostituida, especialmente en los últimos tiempos. Muchas cosas que no lo son son aceptadas como tal, dando por sentado que el correcto manejo de una técnica o la creatividad son suficientes para crear arte. Si esto fuera cierto, cualquier persona que maneja perfectamente la técnica de ensamblar un vehículo, es un artista, o cualquier persona que posee perfeccionada la técnica de como jugar tenis, es un artista. Por el lado de la creatividad, tendríamos que alguien como Thomas Alva Edison sería un gran artista por la mucha que derrochó para realizar tanto invento.

Pero no es así, la técnica permitirá hacer cosas muy bien y la creatividad es algo que puede alabarse, juntas puede ser que traigan al ser humano a poder admirar el trabajo de una persona, pero no es suficiente para que sea considerado arte.

Lo cierto es que existe tanto buen técnico y tanta creatividad en el ser humano, que es lógico que el deseo de llamarnos “artista” gane a la razón. Cualquiera que tira seis colores al azar sobre un lienzo, cuya combinación puede ser agradable a la vista, según como conbine con un ambiente, se llamará artista, porque es “muy poca cosa” llamarse solo pintor o dominador de una técnica.

A modo de ejemplo, la obra “Tomando el té con Justo Rufino Barrios” no es mas que una ocurrencia, un absurdo al que llaman arte, porque “¡qué creatividad!”… pero no se necesita un don especial para meter una escultura de “Don Justo” montado en su caballo, en una sala de estar. Cualquiera puede tomar dos objetos y juntarlos formando un incoherente y eso no lo hace arte, por más que insistan en que existe una metáfora ahí. Pero claro, es mejor llamarse “artista” y si se es “visionario” mejor.

Es muy curioso que ahora los artistas se cuenten por miles, cuando antes, los artistas que trascendían eran contados. Por algo será.

El libro de Rand da una definición de arte precisa, al estilo de la autora, usando siempre la razón. Hace una leve critica de los que hacen “nada” y le llaman arte. Y una fuerte crítica contra el Naturalismo, que resumido es un estilo artístico que pretende representar al mundo tal cual es, incluyendo las cosas más ruines que lo componen. Dicha critica va, entre otras cosas, de que esto en nada aprovecha al ser humano y una defensa por lo que ella llama el Romanticismo, que no está muy acorde a la definición generalmente aceptada de éste estilo, pues en palabras de la autora dice “No existe hoy un movimiento romántico. Si llegará a existir uno en el arte del futuro, éste libro habrá ayudado a que surja”.

El capitulo 11 del libro empieza con éstas palabras: “El motivo y propósito de mis escritos es la proyección de un hombre ideal”. Me llama mucho la atención, porque siempre he defendido ese punto, el de las primeras palabras y es que si el artista no tiene un motivo y un propósito, lo que crea puede ser cualquier cosa, menos arte.

Algunos highlights:

• La miseria, la enfermedad, el desastre, la maldad, todos los negativos de la existencia humana, son temas apropiados para su estudio en la vida, con el propósito de entenderlos y corregirlos, pero no son temas propios de contemplación por la contemplación misma.
• Sienten que cualquier obra de arte exitosa financieramente, es decir, popular, es automáticamente despreciable, mientras que cualquier fracaso impopular, es automáticamente grandioso, siempre y cuando sea incomprensible. Cualquier cosa que pueda entenderse, sienten, es vulgar y primitiva; sólo el lenguaje inarticulado, manchones de pintura, y el ruido de estática de radio son civilizados, sofisticados y profundos.
• Si se preguntan cuál es el destino final hacia el cual la filosofía y el arte modernos los están dirigiendo, pueden ustedes observar los síntomas de su avance a todo nuestro alrededor. Noten cómo la literatura está volviendo a la forma del arte de las épocas pre-industriales, a la crónica, a eso que llevó a la ficción biografías de gente “real”, de políticos, jugadores de basket o pandilleros de Chicago, se le está dando preferencia en comparación con imaginativas obras de ficción, en el teatro, en el cine, en la televisión, y la forma literaria favorecida es el documental.
• Aquellos que no desean ceder su futuro a la misericordia y al poder de gárgolas miopes, pueden aprender de ellas que el pantano es su criadero y qué desinfectante es necesario para combatirlas. El pantano es la filosofía moderna. El desinfectante la razón.
• La ficción es de mayor importancia filosófica que la historia, porque “la historia representa las cosas como son, mientras que la ficción representa como podrían y deberían ser” (palabras de Aristóteles)

Hay muchas citas mas, pero ya este post va algo grande.

Concluyo diciendo que es un excelente libro y que no dudo en recomendarlo. Estoy convencido que todo artista, el que pretende llegar a ser artista y el que se piensa artista, debiera de leerlo.

Saludos